Cómo amar a un hijo que no es mío?…

Mis padres se divorciaron cuando era bastante pequeña y fue hasta que llegué a la adolescencia que se me cumplió el anhelo de tener un hermano. Fue una de las experiencias más lindas de mi vida! A pesar de la distancia y los años que nos separaban mi ilusión era inmensa… así fue como a mis 13 años conocí a uno de los amores de mi vida!

 El mayor obstáculo que enfrenté en ese momento fue el contar con la aceptación de su madre. Ella me conoció hasta ese momento y por algún motivo su rechazo hacia mí fue inmediato. Intenté ganármela de todas las maneras posibles pero todo fue en vano; algo en mí le recordaba que el padre de su hijo en algún momento amó a otra mujer y yo representaba el fruto de ese amor. Sufrí, lo hice en silencio y sin que se notara, lo justo para que mi padre no se diera cuenta y poder seguir visitando a mi hermano aunque fuera de forma esporádica.

 La justifico en el sentido que no todas las personas nacieron para amar a los hijos que no son suyos, esto requiere de un don sobrenatural, requiere de una maternidad o paternidad intrínseca, no filial. Se requiere de un amor que va más allá de la procreación, un amor que decide trascender lo establecido y romper moldes.

 Los niños son tan puros que pronto entregan su afecto a quien decide dedicarles tiempo, cariño y cuidados. En el corazón de un niño hay suficiente amor para todas las personas que quieran participar de su vida! Los hijos de nuestra pareja no son nuestra competencia!, por el contrario, son una bendición preciosa que nos puede unir más!

 Tampoco son motivo de competencia entre mamá/madrastra o papá/padrastro.  Nunca les hablemos mal de su progenitor, por más difícil que esto sea; recordemos que estaríamos hablando de una de las personas que ese niño ama más en el mundo, y esto no generaría más que distancia. Ningún vínculo se puede construir a costa de destruir otro.

 Cuando nuestra pareja tiene hijos debemos comprender el reto tan grande que tenemos al frente… tenemos en nuestras manos un corazón frágil y dolido por la separación de sus padres, lleno de inseguridades y miedo al rechazo, al abandono; un niño celoso por la intromisión a su vida, pero que al mismo tiempo sueña con ver a su mamá o papá feliz. Tenemos ante nosotros un pequeño con el anhelo de una familia, de sentirse aceptado y amado incondicionalmente.

 Es difícil lidiar con hijos que no son nuestros, que nos comparan con su padre o madre a cada momento, que nos recuerdan que nuestra pareja alguna vez amó y construyó recuerdos con alguien más, tener que aceptar que la crianza de estos pequeños dista mucho de nuestros gustos o conceptos… pero si logramos dejar las banalidades de lado y dimensionar la misión encomendada, comprender que se tiene en las manos la posibilidad de crear un lazo emocional hermoso, indestructible y para toda la vida, cada prueba habrá valido la pena.

 Papitos y mamitas, tampoco se vale sabotear la relación de nuestros hijos con estas personas. Si le quieren a sus hijos dele gracias a Dios y ore por él o ella para que permanezca allí, los llene de amor y dibuje sonrisas en sus rostros. Nuestro lugar nunca nadie nos lo va a quitar, nuestros hijos nunca nos van a sustituir o reemplazar, a menos que nosotros mismos nos hagamos sustituibles y reemplazables en sus vidas.

 La forma más maravillosa de mostrar amor hacia nuestra pareja, es amando a sus hijos, y respetando el amor que estos le tienen al que una vez estuvo en nuestro lugar… no es sencillo, pero  la recompensa será el amor más puro, el amor que solo puede dar un hijo que es nacido del corazón y es fruto de nuestra convicción.

LS&B

6 respuestas a “Cómo amar a un hijo que no es mío?…

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